Eran pianos bajos, entre violines en las operas que se cantaban en palacios; eran los avances cientificos, la tecnología y la promesa de una sociedad mas justa, factores que a muchos nos trajeron aquí. Es en esa fantasía de Europa, del viejo nuevo mundo; sus ideas, sus Valses y sus autores románticos que por estas calles caminaron; a quienes escuchamos como rumores; a quienes buscamos en nuestras pausas, en nuestros fines de semanas mientras estamos aquí.
Sean cuales quieran las razones que nos trajeron, parte de las nuevas tareas es asimilar esta nueva realidad; su historia, sus modos, sus valores y la manera en que funciona esta nueva institución, para entender el momento, el proceso en el que estamos.
Soy migrante el que camina por Europa; en Alemania respira el frío del invierno y lo sobrevive y hace fantasías sobre mejores tiempos; el sol del fugaz verano de esta ciudad, para seguir caminando entre sus calles, entre su gente.
Son los edificios antiguos, quienes nos explican el pasado; valores distintos que junto a la arquitectura, formaron mujeres, hombres y niños, que caminaron entre el poder y la opulencia Prusiana del Kaiser o César. Es quizás durante este periodo y sus inviernos en donde se formar el carácter, la idiosincrasia Alemana; es nostálgico aun caminar por sus amplios y variados jardines, que ofrecen, aun en invierno caminatas entre las familias y parejas que aquí encontramos.
Los caminos del hombre europeo, están ya profundamente marcado por 2 conflictos de amplitud mundial; procesos violentos que mas que permitir, obligaron al mundo a entenderse a si mismo, desde otra perspectiva. Es después de este quiebre del pensamiento en que se levanta otra Alemania, otra forma de ver el mundo; otros símbolos y otra Europa que ya no romantiza en el pasado, si no que modela el futuro. Para mí Frankfurt aún está herido.
Me abro paso entre todo lo que tiene Frankfurt para ofrecer; una arquitectura híbrida que entre lo antiguo clásico y lo vanguardista, nos ofrece constantes viajes al pasado, al futuro; a la fantasía y al extrañamiento; a su historia violenta, a las imágenes de bombas que se abrieron paso con rabia y fuego, para luego levantar calles nuevas entre concreto, hierro y edificios como espejos que reflejan el cielo futuro.
La migrante necesidad del sol me empuja al río; a la búsqueda de la naturaleza, porque a veces hay que escapar de las personas para encontrarse a uno mismo, recordar de donde vinimos y a quienes dejamos, o simplemente encontrar un poco de paz con los colores que ella ofrece, el verde que bordea al rio, el sol cuando atardece y las noches de domingo que son puntuales para terminar la semana.
Las personas van caminando y son siluetas de abrigos largos en este invierno; son casi páginas del calendario y del mecanismo en el que nos encontramos; estas parejas y sus romances adornan calles, puentes y avenidas; son adornos de los parques, son niños felices, que se asimilan a la arquitectura del lugar y abrigan el ambiente que les rodea. Ellos y la flora de los ríos y parques, son fantasías que permiten seguir aquí, seguir caminando por las calles que alguna vez fueron heridas. Son las mujeres, hombres y niños en las calles lo que permite seguir… caminando.
Audio Texto : Caminando por Frankfurt con Fantasía.
**La opinión vertida es responsabilidad del/a autor/a**
Randy Tommy Löpez Zapata, Pseudonimo el Löpezz
Profesor de lenguaje y comunicación – Universidad de Antofagasta, Chile .
Artista audiovisual Poeta, pintor y fotógrafo autodidacta.
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